Mantener una buena higiene bucal es fundamental para nuestra salud, ya que el bienestar bucal está directamente relacionado con nuestra salud física general. Es importante mantener una dieta sana y equilibrada, cepillarse los dientes al menos 2 veces al día y acudir a revisiones cada 6 meses.
El uso diario del cepillo dental nos permite limpiar gran parte de la superficie de nuestros dientes, pero no nos permite acceder de forma precisa al espacio entre ellos. Por eso es conveniente complementarlo con algunos accesorios para una correcta higiene dental. Hoy hablamos del hilo dental, los cepillos interdentales y los palillos, cómo y cuándo es adecuado hacer uso de cada uno de ellos.
Hilo dental
El hilo dental es un excelente complemento del cepillado de dientes. Es recomendable utilizarlo diariamente y de forma regular para eliminar las bacterias que se esconden en nuestros dientes y a las que, con solo el cepillado, no llegaríamos.
Puedes utilizar el hilo dental mínimo una vez al día, antes o después del cepillado, en el orden que prefieras y realizarlo del siguiente modo:
Antes de nada, asegúrate de tener las manos limpias. Corta un trozo de 40 cm aproximadamente y enrollalo alrededor del dedo corazón de ambas manos por cada extremo del hilo. Debes utilizar los dedos índice y pulgar así podrás sujetar y manejar bien el hilo. Introduce el hilo formando una C con cierta presión en el lateral del diente, nunca contra la encía y deslice cuidadosamente por este. Realiza el mismo procedimiento tanto en la parte superior como en la parte inferior de su boca.
Cepillos interdentales
Los cepillos interdentales son un accesorio perfecto que complementa al cepillado habitual, llegando a las zonas más difíciles de limpiar. Puede complementarse con el hilo dental o usarse en sustitución de este.
Es pequeño, en forma de escobilla y tiene un cabezal cilíndrico muy fino para poder acceder al espacio que existe entre los dientes. Se puede clasificar según el tamaño y grosor, cuya elección está condicionada al espacio interproximal que tengamos en los dientes.
Debe utilizarse después de usar el cepillo de dientes común, en cada cepillado y para hacerlo correctamente puede seguir estos sencillos pasos:
Antes de nada, asegúrate de tener las manos limpias.
Pasa el cabezal del cepillo por el espacio entre los dientes con movimientos de afuera hacia adentro.
Continúa cambiando el movimiento ahora en vaivén desde la cara interior del diente.
Repite la misma operación en todos los espacios interdentales.
Palillos
A diferencia de los accesorios mencionados anteriormente, los palillos no son una solución adecuada para una correcta higiene bucal ya que, pueden dañar los dientes y las encías, al ser demasiado gruesos. Estos palillos son rígidos y acaban en punta, lo que puede dañar el esmalte y hacer que sangren las encías. Además, al hacer presión, se pueden acumular residuos en algunas zonas y favorecer la aparición de placa bacteriana.
La utilización de palillos es una acción antihigiénica que conlleva un riesgo muy importante, ya que si ese palo se astilla, cabe la posibilidad de que se quede clavada una astilla en la encía.
Desde la Clínica Dental Yébenes, recomendamos el uso del hilo dental y de los cepillos interdentales como complemento del cepillado de dientes habitual para conseguir una correcta higiene bucal.
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