La mayoría de personas piensan que la salud bucal solo abarca el cuidado de los dientes y las encías, pero se olvidan de un elemento muy importante: la saliva. Esta secreción se genera de manera natural y está formada por 99% de agua y un 1% de elementos orgánicos e inorgánicos que contribuyen a nuestra salud bucal.
La saliva además tiene presentes anticuerpos y contribuye a mantener el pH de nuestra boca, ya que si el pH bucal es bajo o ácido, se produce una desmineralización de los dientes y la aparición de caries. El pH de la saliva se encuentra entre 6.75 y 7.25, es decir, tiene un nivel de acidez neutro. En presencia de un medio ácido es cuando aparecen caries o problemas periodontales.
Las glándulas salivales son las responsables de generar la saliva, se estima que una persona puede producir entre 1 y 2 litros cada día. Durante la noche se segrega menos cantidad de saliva, por lo que es muy recomendable realizar bien el cepillado bucal antes de irse a dormir. Al segregar menor cantidad de saliva durante la noche, la boca queda menos protegida frente a las bacterias presentes y disminuir la cantidad de éstas mediante el cepillado antes de acostarnos, ayuda a prevenir problemas en dientes y encías.
Las principales funciones de la saliva son:
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Lubrica las mucosas y favorece el habla.
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Contribuye a la digestión de los alimentos para ayudar a que se digieran fácilmente.
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Evita la aparición de caries al neutralizar el ácido y diluir los azúcares de la boca.
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Disminuye la aparición de otras enfermedades en la cavidad bucal.
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Ayuda a detectar algunas enfermedades como el cáncer de boca o la diabetes.
La baja producción de saliva puede provocar xerostomía, una patología asociada a la sequedad bucal que suele producir algunos problemas gastrointestinales al no producir las enzimas necesarias para mejorar la digestión. Algunos síntomas pueden ser: hinchazón en la lengua, sensación de empujar con fuerza la saliva hacia la garganta y dificultad para tragar.
Desde la Clínica Dental Yébenes te damos algunos consejos si estás empezando a producir menos saliva de lo habitual:
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Mantener una buena hidratación bebiendo al menos 2L de agua diarios.
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Reduce el consumo de alcohol y cafeína.
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En algunos casos puede ser aconsejable masticar chicles (sin azúcar) para mejorar la producción de saliva.
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Existen pastas y colutorios específicos para estimular la salivación.
Si tienes alguna duda, ¡contacta con nosotros o ven a vernos! Estaremos encantados de ayudarte.